Es una sustancia segregada por las glándulas hipofaríngeas de la cabeza de abejas obreras jóvenes, de entre 5 y 15 días, que mezcla con secreciones estomacales y que sirve de alimento a todas las larvas durante los primeros tres días. Sólo la abeja reina y las larvas de celdas reales que darán origen a una nueva reina son alimentadas con Jalea Real.
La jalea real es muy difícil de conservar en su estado natural, ya que se deteriora con rapidez y es necesario mantenerla en recipientes que impidan el paso de la luz, y a una temperatura de entre 0 y –2 grados centígrados. Por este motivo, se suele comercializar liofilizada, en forma de ampollas o comprimidos. En estado puro la jalea real es una pasta viscosa y de sabor ácido que debe mantenerse en el frigorífico.
Por otro lado, suele recomendarse ingerirla siempre que podamos en ayunas, eso sí, debido a que su sabor no es especialmente agradable, se puede tomar diluida en agua, leche o algún zumo de fruta. Una buena opción puede ser tomarla durante ciclos de un mes o seis semanas, preferiblemente en periodos durante los que nuestras defensas puedan estar algo más bajas, dejando de tomarla durante un tiempo similar antes de emprender un nuevo ciclo si fuera necesario.
Se puede consumir a diario en pequeñas dosis (entre 500 y 1000 miligramos por día, según la edad y otros condicionantes, siendo la ingesta apropiada para un niño de en torno a un tercio o la mitad que la de un adulto), ya que un consumo excesivo puede tener efectos secundarios, como taquicardia, cefaleas y aumento de la presión arterial.