El própolis, una sustancia fabricada por las abejas, proviene en gran parte de los árboles (sauce, pino, abeto, entre otros). Las abejas recogen una parte de su corteza y luego lo mezclan con cera y saliva y les sirve para diversas funciones en sus colmenas.
De origen griego, la palabra própolis significa “defensor de la ciudad”. Algunos de sus usos se remontan a tiempos muy, muy lejanos. Ejemplo de ello son los egipcios, que ya usaban el própolis para embalsamar cadáveres, algo muy propio de su cultura.
Los griegos y los romanos también descubrieron los beneficios de este pegamento de las abejas, y lo usaban para llagas e infecciones de la piel.
Puede combatir el cáncer, curas heridas y quemaduras, previene infecciones, previene resfriados, remedio natural para prevenir problemas bucales, antiparasitario, elimina verrugas, alivia la cistitis, evita las enfermedades digestivas, alivia dolores de garganta, es antialérgico.
Mejora tu energía, mejora la apariencia de tu piel, protege el sistema respiratorio, combate las alergias, es un excelente antioxidante, regula el proceso digestivo, mejora la visión, estimula el estado anímico, es un cosmético natural, es el único alimento que se conoce para la próstata.
Tomar medio gotero diario, preferiblemente puro o diluido en agua o miel.
Si esta diluido en agua recuerde que el propólio es una resina que se va a separar, en caso de ser tomado puro debe colocar el gotero al fondo de la garganta, importante recordarles que tiene un sabor fuerte.
Dosis para niños: de 2 a 4 gotas.